Fue increíble, una rareza de esas que cada tanto nos regala el fútbol. Faltaban tres minutos para el final del partido en Chimbote y José Gálvez ganaba por 1-0 después de haber dominado a su antojo a un pobrísimo Alianza Lima, cuando apareció Reimond Manco para cambiar la historia.
No hizo una de lujo como podría esperarse del niño genio, no, simplemente intentó un centro y le salió cualquier cosa, pero la pelota, caprichosa, se fue despacito y dando botecitos directo al arco, sin que nadie alcance a tocarla. Gol aliancista, feo, injusto, inmerecido, pero que igual cuenta para sumar un punto que cayó de regalo, cuando los méritos los habían hecho los locales que siguen sin levantar cabeza en el Apertura.
El empate fue demasiado premio para un Alianza que jugó uno de los peores partidos que se recuerde. Mal en defensa, con un flojo Salazar y un Herrera lamentable; frágil en la marca y nulo en el ataque con un Montaño decepcionante y fuera de ritmo, y un Serna cuyo rendimiento ya roza la estafa. Enfrente, enchufadísimos, Meza Cuadra, Sotil e Iriarte, bien secundados por Llanos, se cansaron de generar ocasiones de gol, varias de ellas desperdiciadas por el argentino Velásquez que en su debut quedó en deuda. La más clara la tuvo Gálvez al minuto 12, en un penal de Salazar contra Meza Cuadra que Iglesias desvió al poste izquierdo del arco de Bologna. Pero ni esa falla desanimó a los locales que mantuvieron su dominio, con lujos incluidos. Alianza recién pudo equilibrar un poco el juego en el segundo tiempo cuando Arrué mandó a Ciurlizza a la volante, y Aparicio bajó a poner algo de orden a la defensa. Pero en ofensiva el equipo blanquiazul no mostró nada, y vio cómo Sotil festejaba, por fin, a los 27 del segundo tiempo en una jugada donde Portillo ridiculizó a Trujillo antes de meter el centro preciso para el cabezazo del "Cholito". Todo pintaba para un triunfo chimbotano, hasta que la fortuna le sonrío a Alianza en el blooper de Manco.
No hizo una de lujo como podría esperarse del niño genio, no, simplemente intentó un centro y le salió cualquier cosa, pero la pelota, caprichosa, se fue despacito y dando botecitos directo al arco, sin que nadie alcance a tocarla. Gol aliancista, feo, injusto, inmerecido, pero que igual cuenta para sumar un punto que cayó de regalo, cuando los méritos los habían hecho los locales que siguen sin levantar cabeza en el Apertura.
El empate fue demasiado premio para un Alianza que jugó uno de los peores partidos que se recuerde. Mal en defensa, con un flojo Salazar y un Herrera lamentable; frágil en la marca y nulo en el ataque con un Montaño decepcionante y fuera de ritmo, y un Serna cuyo rendimiento ya roza la estafa. Enfrente, enchufadísimos, Meza Cuadra, Sotil e Iriarte, bien secundados por Llanos, se cansaron de generar ocasiones de gol, varias de ellas desperdiciadas por el argentino Velásquez que en su debut quedó en deuda. La más clara la tuvo Gálvez al minuto 12, en un penal de Salazar contra Meza Cuadra que Iglesias desvió al poste izquierdo del arco de Bologna. Pero ni esa falla desanimó a los locales que mantuvieron su dominio, con lujos incluidos. Alianza recién pudo equilibrar un poco el juego en el segundo tiempo cuando Arrué mandó a Ciurlizza a la volante, y Aparicio bajó a poner algo de orden a la defensa. Pero en ofensiva el equipo blanquiazul no mostró nada, y vio cómo Sotil festejaba, por fin, a los 27 del segundo tiempo en una jugada donde Portillo ridiculizó a Trujillo antes de meter el centro preciso para el cabezazo del "Cholito". Todo pintaba para un triunfo chimbotano, hasta que la fortuna le sonrío a Alianza en el blooper de Manco.
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