Muchos dejaron correr algunas lágrimas por quien en vida fue Rolando Sánchez Verdeguer. Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo y tener su amistad, pueden dar fe de lo mucho que quería a su Alianza Lima. Dirigente de aquellos, sólo un cáncer a la médula ósea pudo más que sus fuerzas y desde el mediodía de ayer está en el cielo con sus Potrillos, los que se le adelantaron hace 21 años.
En una de las tantas conversaciones, el Gato nos relató la forma cómo llegó a ser dirigente de Alianza.
Con apenas 20 años, el 'Cholo' Castillo me enseñó cómo amar al Alianza. Nos encontramos en Matute y le pregunté cómo podía ayudar a los 'Potrillos' y me hizo comprar útiles escolares. Tenía 20 años y ya era socio de Alianza Lima gracias a que Pío Dávila, mi compadre, me metió en esto y la verdad no me arrepiento, nos comentó hace unos años.
Sánchez murió siendo presidente de la Comisión de fútbol aliancista y compartió su experiencia en los diferentes grupos de trabajo donde estuvo: en la FPF, en la ADFP. Por donde pasó dejó huella y fue respetado por defender la verdad y obrar por el bien del fútbol peruano.
Hasta el último trabajó por el bien de su Alianza. Postrado en la cama de una clínica -vía telefónica-, participó en todas las reuniones de Comisión de fútbol y su palabra era respetada. Ahora Rolando ya no está más entre nosotros en cuerpo, pero su alma siempre estará en Matute, de donde nunca se irá. ¡Descansa en paz, Gato!
En una de las tantas conversaciones, el Gato nos relató la forma cómo llegó a ser dirigente de Alianza.
Con apenas 20 años, el 'Cholo' Castillo me enseñó cómo amar al Alianza. Nos encontramos en Matute y le pregunté cómo podía ayudar a los 'Potrillos' y me hizo comprar útiles escolares. Tenía 20 años y ya era socio de Alianza Lima gracias a que Pío Dávila, mi compadre, me metió en esto y la verdad no me arrepiento, nos comentó hace unos años.
Sánchez murió siendo presidente de la Comisión de fútbol aliancista y compartió su experiencia en los diferentes grupos de trabajo donde estuvo: en la FPF, en la ADFP. Por donde pasó dejó huella y fue respetado por defender la verdad y obrar por el bien del fútbol peruano.
Hasta el último trabajó por el bien de su Alianza. Postrado en la cama de una clínica -vía telefónica-, participó en todas las reuniones de Comisión de fútbol y su palabra era respetada. Ahora Rolando ya no está más entre nosotros en cuerpo, pero su alma siempre estará en Matute, de donde nunca se irá. ¡Descansa en paz, Gato!
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